La miraron sus ojos lentamente,
como se mira a un animal podrido
y con asco y un gesto repelente
se burlo de su cuerpo envejecido.
Sus cabellos lacios y canosos,
en sus ojos el desdén de un gesto hundido,
jorobado el cuerpo y encorvado el torso,
temblorosas sus manos y rugosas
y sus senos marchitos y vacíos.
Y lenta caminaba… Poco a poco…
Y en el bordón suavemente se apoyaba,
con inclemencia se burlaba el loco
sin saber el horror que lo esperaba.
Suavemente las sombras de la noche
descendieron sobre el campo adormecido
y suavemente su cuerpo jorobado
se lleno de vigor... Bello y erguido...
Sus senos marchitos y resecos
como frutas maduras se llenaron,
de esas mieles cargadas de embelesos,
y con lujuria los duendes la desearon.
Y se alzaron sus brazos hacia el cielo
y a los espíritus malignos invocaron
y temblaron las nubes con recelo
y de rayos los campos se colmaron.
¡Señor!.. ¡Amo y morador de las tinieblas!..
Espíritu amado de la noche sempiterna…
¡Con el poder que hay en mi yo te conjuro!..
Y te ofrezco mi amor para que vuelvas.
Y adornados con los rayos de la luna,
amor eterno con pasión juraron
y sobre un lecho de flores y de olivos
Lucifer y la bruja fornicaron.
amor eterno con pasión juraron
y sobre un lecho de flores y de olivos
Lucifer y la bruja fornicaron.
Y al mirar al hombre aquel
que se burlo,
al
que había seleccionado
su corazón de mujer apasionado,
herida en lo más hondo,
se vengó la bruja…
Y entre ella y Lucifer lo
destrozaron.
engarzada en su azada como un ramo,
la horrenda noche se perdió en la auroray volvieron las luces del verano.
Agradezco emocionada la dedicatoria del poeta Fabio Pabón
ResponderEliminarde tan hermoso poema impregnado de belleza y arte
Mis felicitaciones emocionada...
Lilian Viacava