“Poesia Gotica”
un corazón de lívido latido,
el rostro de un monstruo que abatido
a nadie le inspiro ningún abrazo.
Pero el alma era tuya y era propia
y tenía el candor y la pureza
del niño que inocente y sin saber porque
inspiraba terror y no terneza.
Y lloraron lánguidos tus ojos
y te consumió el dolor y la tortura
de la noche eléctrica y baldía
y preguntaste… ¿Por qué tanta amargura?
Y debajo de tu rostro horripilante
y adentro de tu cuerpo maldecido,
llevabas la inocencia hecha ternura,
la pureza de un faisán que nació herido.
Hay muchos como tu mi tierno amigo,
sus cuerpos de monstruosa envergadura
encierran almas de matinal ternura,
tan bellas que con el sol...
¡No puede compararse su hermosura!..
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